Partes y totalidades


¿No sería emocionante tener
completamente desarrollados ambos procesos,
el exacto y el general? ¡Sería más emocionante
ser capaces de pasar por la vida teniendo estas inteligencias
completamente a la disposición! Así no tendríamos que
caer en la comida, en el amor o en el dormir o
en el escape de la televisión; no tendríamos que
hacer una disciplina de nuestro ejercicio físico, ni
colapsar dentro de la iglesia una vez a la semana.
Al menos podríamos entrar en esas diferentes facetas
con más certeza o concediéndonos el permiso
en vez de ir a ellos por escape y sintiendo culpa.
Como mínimo podríamos orquestar nuestro día, algunas veces
concentrándonos profundamente en las partes y otras veces
concentrándonos igual de profundamente en las generalidades.
¿No sería eso libertad?

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