De una maestra a sus alumnos
Algunas herramientas que puedes “meter en tu morral”
para los tiempos por venir

Pregúntate a menudo: ¿qué quiero? y busca ir a por ello.
Recuerda: “lo que enfoco…aumenta”.
Repítete todas las veces que sean necesarias:
“yo puedo, yo puedo, lo voy a lograr” Confía en ti mismo-a, en tus capacidades.
Tienes fortalezas. No hay límites, hay infinitas posibilidades.
Para tus necesidades: no dudes en pedir ayuda a quien consideres que te la
puede ofrecer. Cuando no tengas a alguien que necesitas, pregúntate
¿qué haría esa persona que valoro en mi lugar?.
No olvides que Dios, la Virgen, tu Ángel de la Guarda y muchos más
están pendientes de ti todo el tiempo Valórate: cuidando tu salud física,
tu aspecto, buscando tu bienestar emocional, protegiéndote de situaciones y
personas que no te convienen.
Respétate y respeta a las demás personas y al medio que te rodea
(tu cuerpo, la naturaleza, cosas materiales).

Ayuda y protege a tus compañeros. Formas parte de una gran familia, con grandes y pequeños que te
acompañan y acompañas. Son tus hermanos “por parte de Dios”. Agradece lo que estás recibiendo.
Procura dar lo mejor de ti y cooperar con los adultos. Escucha los buenos consejos.
Recuerda que no hay más suerte que la que tu te vas a construir con tus acciones del presente.
Te recuerdo de aquello que leímos una vez en clases que decía: