EL CEREBRO QUE PIENSA EN EL HOGAR
La Neocorteza

Lo que los padres necesitan saber:

1.      Hay trillones de células en este sistema cerebral, por lo tanto, cualquier actividad que conecte
        estas células genera inteligencia, bien sea que esta actividad sea llamada lenguaje, arte,
        música, deporte, garabatear, hablar o escuchar, correr o jugar.

2.      Este sistema cerebral tiene dos hemisferios. Uno se encarga de lo específico, el otro de las
        generalidades. El específico y el general no son opuestos; son complementarios y ambos son
        necesarios para planificar y pensar apropiadamente.

3.      Cada conexión afecta la inteligencia. La inteligencia mental depende de la riqueza del medio
        ambiente, en donde hay expresión de palabras e imágenes, así como también las imágenes y
        las palabras del niño.

4.      El desarrollo de la inteligencia mental depende de la pasión o el deseo y la satisfacción,
        asociadas con el cerebro emocional y el acompañamiento de los padres y pares asociados
        con el cerebro básico del comportamiento.

5.      Obtienes aquello en lo que te enfocas. Debido a la existencia de billones de células en este
        sistema cerebral, tú eres libre de enfocarte en lo bueno o en lo malo del niño, en su habilidad
        o en su falta de habilidad o torpeza. A menudo tu foco depende de tu humor; si estás bravo/a
        con tu hijo/a, él o ella probablemente no puedan hacer nada bien porque tu estado de ánimo
        es el que va a decidir en qué te vas a enfocar.

PADRE:
¡Tú y cada uno de tus hijos tienen una preferencia mental que influye en la vida en el hogar!
¿Cuál de los siguientes gemelos prefieres? Como ya sabemos, la neocorteza se divide en dos
hemisferios gemelos que guían nuestras capacidades mentales.

La neocorteza es entonces: el cerebro de partes y totalidades; de la palabra vs. la imagen
y el sonido; el cerebro concreto vs. el imaginativo o espiritual

El hemisferio izquierdo piensa, llega a una conclusión y a menudo trata de que alguien más la lleve
a cabo. El izquierdo es el cerebro de las preguntas: el quién, qué, dónde, cuándo, cómo, que
aprendimos en gramática cuando estábamos en 6to. Grado; es el cerebro de los análisis y las
explicaciones por el cual nos felicitan tanto en nuestras oficinas, pero que nos trae menos
gratificaciones en nuestro hogar. Nos sentimos satisfechos de poder explicar que no pudimos
alcanzar la meta mensual debido al aumento de los precios, a las ausencias del personal y a otras
razones claramente definidas. Sin embargo, cuando llevamos esta misma habilidad analítica a
nuestro hogar y le explicamos a nuestra esposa las razones por las cuales no puede mantener la
cena caliente, con seguridad esa gran habilidad nuestra de explicar las cosas lógicamente nos
traerá problemas. Aún peor, si sugerimos alguna mejora, tratando de explicar exactamente qué
ingrediente hará que la sopa tenga un sabor aún más delicioso…

El cerebro del análisis, la explicación y la mejoría puede servirnos cuando estamos en la oficina,
pero no cuando estamos en el territorio de otra persona o cuando estamos en el espacio que
compartimos en nuestro hogar.

El hemisferio derecho es el cerebro de la visión, el cerebro de las generalidades, de las totalidades
y los absolutos. El cerebro de la visión más grande, las posibilidades abiertas, la creatividad más
amplia, el proyecto o los proyectos más ambiciosos. La visión que incluye, que tiene más
posibilidades, alternativas variadas y asociaciones sin fin.

Aunque esto suena bien, puede ser muy difícil para el padre de un niño con tendencia de
hemisferio derecho, que está inventando cosas o que pasa la tarde contemplando las nubes en
vez de concluir su tarea para la escuela. También puede resultar difícil cuando no llega a la hora de
la cena y explica que “se le pasó el tiempo” con los amigos. Para los niños con preferencia en el
hemisferio derecho, existe la dificultad de lidiar con la escuela, ya que el conocimiento se presenta
sólo de manera secuencial, dejando a los padres la labor de interpretar el material para ayudar al
niño. Lo más esencial por supuesto, es que el padre capte que su niño de hemisferio derecho es
inteligente y que lo que requiere es que le proporcionen otras actividades como arte, música y
deportes individuales, en los que puede experimentar un buen feed-back y así proteger su
autoestima, algo básico para que el mismo niño se considere inteligente.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA NEOCORTEZA

La neocorteza esta compuesta por una red neocortical de axones y dendritas; es llamado el "telar
encantado" por diferentes investigadores: teje ideas, consigue los efectos de importantes causas,
diseña mapas mentales y recibe intuiciones de las ondas más finas de la energía. Las aberturas
conectadas con este cerebro son los ojos y los oídos; a través de ellos recibimos o percibimos el
contexto. Mi neocorteza es una cámara, un video que me guía y que funciona a una gran velocidad.
Este telar encantado es energía que se emite y energía que se recibe, conexiones eléctricas que se
llaman pensamientos de diferentes calidades.

Sabemos que el proceso de pensamiento racional activa las células en el hemisferio izquierdo del
cerebro y viceversa, los procesos de pensamiento asociativos activan las conexiones en el
hemisferio derecho. Sabemos que investigaciones hechas en el cerebro de pintores de fama, han
descubierto el desarrollo de células en el hemisferio derecho (Restak, p. 48) Hay un cuerpo calloso
que pasa la energía de la actividad cerebral de un hemisferio al otro. Cualquier proceso diferente
que utilicemos acrecentará nuestra capacidad de aprendizaje.

Conexiones lógicas vs. Conexiones al azar.

La cámara neocortical mira el mundo allá afuera; es capaz de percibir las conexiones formadas al
azar o las conexiones que están tejidas fuertemente con causas y efectos, y justificadas con
argumentos.

"Me voy al cine porque no hemos ido en tres semanas y necesito salir de la casa" versus "vámonos
al cine" sin ninguna explicación. Algunas veces esto nos mete en problemas porque buscamos
razones en donde no las hay o cuando éstas son difícilmente perceptibles. Pienso en cuan a menudo
hacemos esto con nuestros hijos, en un esfuerzo por aparecer ante sus ojos como personas lógicas.
"Está oscureciendo y el cielo está nublado, así que mejor te quedas en casa hoy” o "Ya que has salido tan
bien en biología, estoy segura de que vas a poder mejorar en química”. Dependiendo de esta lógica tan
débil, continuamos haciendo sugerencias sobre su universidad e incluso sobre su vida matrimonial.
"Mientras estés estudiando Sociología debes considerar la posibilidad de incluir también la Psicología
porque una es el estudio del individuo y la otra es el estudio del grupo, por lo tanto, teniendo ambas
estarás mejor preparado". Este esfuerzo por encubrir la vida a través de la lógica, alcanza su punto más
alto o más bajo cuando el hijo trata de justificar su amor, explicando las razones para casarse como si la
pasión no estuviera detrás de todas ellas.

El detalle vs. la generalidad

En 1981 se le otorgó a Roger Sperry el Premio Nóbel por su trabajo al distinguir dos tipos de
procesamiento en este cerebro neocortical. Lo que no se mencionó en este premio, es que estas
dos formas de procesamiento a menudo se oponen uno al otro y lo que se necesita es una forma
de que estos dos hemisferios de nuestro cerebro hagan la paz o al menos poder minimizar los
conflictos inherentes al interior de nuestro propio cerebro. ¿Cómo puede el cerebro de los detalles
llevarse bien o incluso ser amigable con las generalidades? ¿tú mismo prefieres a las personas que
son específicas? ¿o más bien prefieres a alguien capaz de darte una imagen más amplia? "Por
supuesto que ambos" responderás, a veces por la necesidad de detalles, otras veces dispuesto a
mirar la imagen más general. Pero cuando estás tomando decisiones frente a un problema ¿buscas
lo que está faltando o exactamente lo que se necesita y después decides? ¿o le das una mirada a lo
que tienes y después vas añadiendo hasta tener una nueva imagen? Si tu esposa quiere construir
un cuarto adicional en la casa, la primera pregunta que haces es ¿para qué lo necesitamos? o dices
“eso sería genial”. Tal vez después te detengas a pensar en el costo, o si realmente lo necesitan, o
para qué lo necesitan, pero ¿tu primera reacción es la imagen visual del cuarto nuevo?

En relación con la salud ¿tú tiendes a decir "estoy bien" y alguien tiene que pelear contigo para que
te hagas un chequeo médico? ¿o tú estás al tanto de tu peso y tus niveles de colesterol? Cuando
planteas un problema en casa, ¿necesitas ver el panorama completo antes de estar dispuesto a ver
las piezas? ¿o puedes comenzar trabajando pieza por pieza para buscar una solución? Cuando tu
hijo repetidas veces llega tarde a cenar, ¿tú te sientas y hablas con él y le planteas el tema
específicamente o haces generalizaciones con un toque de sarcasmo sobre la gente que llega
tarde? ¿Ves el panorama completo de que tu hijo se retrasó por razones válidas o haces hincapié
en lo específico y lo molesto que estás porque no estaba allí a la hora? ¿Qué te impresiona más,
el primer plano o el fondo de las cosas, las generalidades o los detalles? ¿qué ves primero? Cuando
tu hijo llega con su boleta escolar ¿tú te fijas en que pasó todas las materias o sólo ves el 10 que
sacó en matemáticas? Cuando tu esposa te pregunta cómo te fue en el día, ¿le contestas “bien” o
disfrutas dándole detalles sobre la extraordinaria reunión que tuviste a la hora del almuerzo?

Secuencialmente
Párrafo por párrafo
Primero esto y luego aquello

vs

Simultáneamente
Un gentío: veo todo a la vez
Atropellado

Linealmente
Paso por paso llego a concluir
Los científicos
 

Lógica
Causa-efecto
Ciencia, política, científicos

De las partes al todo
Leo el libro capitulo por capitulo
Veo los árboles primero

Siempre a tiempo
Salgo puntual al colegio
Luzco ordenado
Soy específico cuando pido algo
Critico a los otros
Tengo estructura

vs
 
 
 

vs
 
 

vs
 
 

vs
 
 
 
 
 

De manera espacial
No concluyo: sigo pensando, actuando, imaginando
Pintores - poetas - artistas
Intuyo, sueño despierto

Asociativamente
Me conecto al azar
Salto libremente (contrapunteo de Simón Díaz)

Del todo a las partes
Primero el final y luego las partes
Veo el bosque y luego los árboles

Atemporal
Salgo tarde a citas
“Hay tiempo para todo”
No cierro procesos, inicio cinco cosas a la vez
Dejo para mañana
Tengo vistazos

Con el hemisferio izquierdo tengo facilidad para contestar o seguir en mi comportamiento a los
7 Enanos: qué, quién, cuándo, cómo, dónde, por qué y para qué. Con mi tendencia por el
hemisferio derecho soy más amigo de Blanca Nieves que es la generalidad; con el hemisferio
izquierdo hablo así: yo opino, me convence..., lo lógico es....

Con el hemisferio derecho digo: me imagino, tengo una corazonada, intuyo que... mi sueño es...
o simplemente lanzo lo que quiero decir. El niño es un soñador despierto. Utilizo generalidades
que sean positivas: todo o siempre, o utilizo generalidades negativas: nadie, nunca, jamás, todo,
siempre.

Cada preferencia de hemisferio ve las situaciones diferentemente y se acerca a la solución de
problemas de manera diferente. El hemisferio izquierdo enfoca en las partes y el derecho enfoca
más en lo general, cada uno seguro de que la forma de solucionar el problema es a su manera.
Esto sucede en situaciones de la vida diaria de la casa, tales como arreglar el cuarto o una
conversación sobre lo que va a hacer el hijo al día siguiente. El resultado de esta diferencia es que
nos podemos trancar en frustración y poca acción o en respuestas autoritarias del padre para
mover la situación. “Tu haces esto y punto”. También podemos ver lo que va mal y quedarnos en

detalles de dudas “no, si, no, si” o utilizar los NANUJATS, las generalidades de nadie, nunca, jamás,
todo y siempre. “Todo me sale mal”.

En la escuela hay definitivamente una preferencia por las habilidades secuenciales del hemisferio
izquierdo, tanto en la tarea para la casa, como en los exámenes que tienen que llenarse en tiempo
determinado. ¿Cómo estimular las partes y la totalidad? Honrando las habilidades evidentes del
niño y tratando los opuestos como complementarios, que es algo que veremos más adelante.

La tercera cosa a recordar para una buena conversación a la hora de comida, es que este es el
cerebro de la argumentación sin fin. Necesitamos tener la capacidad de cambiar, de poner cierre
enfocando en algo que ayude a poner fin, en lugar de creer que estamos solucionando problemas
con esta conversación interminable.

No se la cantidad que puede haber de cada tipo de niño en una familia, pero les aseguro que
puede ser más de uno si la familia es grande. En mi experiencia he visto que en las familias de tres
hijos, al menos uno es de tendencia del hemisferio derecho.

LA COMPLEMENTARIEDAD
Transformando opuestos en complementarios

Estamos acostumbrados a ver nuestro mundo a través del lente de los opuestos: mi religión
opuesta a la tuya, mi gusto opuesto al tuyo, mis ideas políticas opuestas a las tuyas. Este es el
cerebro de la dualidad.

Necesitamos ser capaces de cambiar de la costumbre de percibir la vida en términos de opuestos.
Necesitamos cambiar de enfocar en lo contrario, a enfocar en términos de complementos; en lugar
de ver tu idea como opuesta a la mía, mi figura como opuesta a la tuya, yo puedo verte como
complementándome, como mi figura complementando la tuya, mi idea complemento de la tuya.
¿Cómo cabe mi idea con la tuya? ¿Es que mi idea o mi proyecto añaden algo al tuyo?

Este nuevo enfoque es capaz de cambiar el ambiente en la casa y nuestra manera de percibir
nuestros hijos y nuestra pareja. Es un nuevo acercamiento para prevenir los conflictos que surgen
en la casa y nos frustran continuamente y nos roban la paz en el hogar. Es vital que veamos las
diferentes capacidades de nuestros diferentes hijos como complementarias en vez de opuestas.

Por ejemplo, la capacidad de Pedro de resolver todos los problemas de química, se complementa
con la capacidad relacional de Diego. Si hay un niño que pregunta todo el día ¿quién? ¿por qué?
y hay otro hijo más silencioso ¿son opuestos? ¿deseamos cambiarlo? Le preguntamos: ¿por qué no
eres como tu hermano? Es un pensamiento normal pero dañino, porque uno u otro pierden brillo
ante tus ojos, en lugar de verse los dos como importantes y amados por sus padres.

Ya no podemos considerar estos dos hemisferios de la neocorteza como opuestos, sino como
complementarios. Si no logramos entender sólo con las razones, entonces las metáforas, las
imágenes y la intuición pueden enriquecer la comprensión. Lo que no es entendible por la razón,
ya no podemos seguir considerándolo “oscuro”; son simplemente las funciones del hemisferio
derecho.

Cuando la dualidad y los opuestos existen en el nivel mental, yo tengo permiso de verme a mí
diferente de ti, tengo permiso para distanciarte como un objeto separado de mí. Los opuestos son
entonces una estructura, una puerta abierta para mi frustración que a su vez me despeja el camino
hacia la rabia y potencialmente la violencia contra ti.

Necesito cambiar de mi presente hábito de ver el mundo como lleno de opuestos, a enfocar en la
práctica de la complementariedad. El principio de la nueva física de Heisenberg concibe toda la
energía como complementaria y nos permite la práctica continua de cambiar nuestras
percepciones, nuestras distinciones, para iniciar la práctica de verlas como complementarias en
lugar de opuestas.

¿Cómo hacerlo? La complementariedad es mucho más que sólo tratar de entender, porque busca descubrir los
enlaces, las conexiones entre nosotros para poder articular de qué manera somos
complementarios. Carmen complementa el pensamiento racional con las intuiciones de Rosario;
alguien siempre complementa mi falta de orden con su organización. Si mi padre era muy serio,
complementaba con su seriedad la alegría desbordante de mi madre. No eran opuestos, se
complementaban, porque los hijos disfrutamos de la riqueza de la seriedad y de la riqueza de
la alegría.

La práctica mental de la complementariedad es básica a cualquier esfuerzo de entendimiento o
de búsqueda de base común para lograr acuerdos. Tenemos la libertad mental de buscar lo que

nos divide, tenemos la libertad mental de enfocar en lo que nos complementa ¿qué escogemos?
Inclusive es importante la complementariedad porque nos hace enfocar no en lo que nos
oponemos o en lo que estamos de acuerdo, sino en qué es lo que nos complementa. Es una base
para lograr la paz. Así pues en el dialogo, cuando se discute y negocia la agenda, se debe buscar
cómo lo que yo propongo puede llegar a complementar lo que tu dices.

Este es el gran paso que podemos dar con este cerebro para terminar la violencia y las guerras
dentro de nosotros mismos, de nuestras familias y de nuestro país.