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LA ADOLESCENCIA Y LA SEXUALIDAD

No podemos seguir fingiendo confusión ante los tremendos cambios que ocurren en la
adolescencia. Lo que sucede afecta a todo el cuerpo y a través del cerebro emocional estos
cambios también afectan a la neocorteza y al proceso mental de todos los adolescentes. No
podemos seguir considerando a la adolescencia como un período de cambio fisiológico, sino
como un período de cambio corporal y mental. Al revisar los métodos de enseñanza utilizados
con adolescentes, se debe tomar especialmente en cuenta la relación de las hormonas con el
funcionamiento del cerebro.

Primero, algunas palabras sobre el deseo sexual. Yo creo que el deseo y específicamente el
deseo sexual, es fundamental para toda la creación; sin deseo sexual ninguno de nosotros
estaría en estos momentos leyendo estas líneas. Para de verdad honrar la creación, es
importante que tú o yo estemos conscientes de cuántas pequeñas creaciones podemos cuidar.
Tenemos que distinguir entre nuestro cerebro Límbico del deseo y nuestro sistema-R de la
acción; de estar pendientes de, de ser responsables de, de proveer territorio u hogar y darle
atención permanente a la vida.
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También es muy importante darse cuenta de que la sexualidad no sólo crea nueva vida, sino
que ayuda de manera muy poderosa a la vida que ya existe. La sexualidad es una de las fuentes
más importantes y disponibles de placer, así como es fuente de las endorfinas, un químico
natural producido por el cerebro que nos proporciona placer y relajación. Sin las endorfinas
renunciamos a la vida (nótese la relación entre las endorfinas y el suicidio); más específicamente,
nos rehusamos a honrar la sagrada creación de la vida. Con nuestra neocorteza nosotros
conocemos estos químicos naturales, así como estudiamos las investigaciones recientes acerca
de ellos. Si somos capaces de ver el rol que juega el placer en la producción de estos químicos
naturales que mantienen la vida, podemos entonces mirar el deseo sexual tanto como creador
como sustentador de vida.

Cuando nuestro deseo consigue una pareja aceptable para crear vida, todo esta bien. Cuando
necesitamos una pareja del mismo sexo para satisfacer nuestro deseo de amor, incluyendo el
deseo sexual, podemos verlo entonces como mantenimiento de la vida. Finalmente cuando
ninguno de estas dos alternativas es posible, tenemos la alternativa de la autosexualidad. La
vida misma es sagrada, no lo que nosotros pensamos de la vida, que ha sido codificado en
tiempos pasados cuando los últimos conocimientos sobre el mantenimiento de la vida no
estaban disponibles.
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Por ello la autosexualidad se convierte en el primer requisito para el cuidado de la vida como
ésta nos ha sido dada.

Sabemos que la glándula pituitaria se abre en el cerebro Límbico en un proceso llamado
adolescencia. Esto inicia un proceso natural de anhelo por el amor. Millones de bebés nacen sin
padres, sin mencionar el número de abortos: todo esto es un apropiado y triste testimonio del
poder de los químicos cuando aparecen en el cerebro del adolescente. Hoy en día debemos
aprender que tenemos que cuidar y amar físicamente nuestro propio ser, en lugar de
exponernos inapropiadamente porque el deseo nos abruma. La autosexualidad nos provee
satisfacción, nos libera de depender de personas que no tienen la intención de convertirse en
parejas de vida y mucho menos parejas que se encargarán de cuidar nueva vida.

Los nuevos enfoques sobre la autosexualidad, la homosexualidad y la heterosexualidad,
dependerán solamente de cuán seriamente tomemos en cuenta la nueva información sobre los
químicos cerebrales. También dependerá de nuestra habilidad de separar el cerebro Límbico del
deseo, de aquel otro cerebro-R o cerebro Básico de la acción.
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Así como una vez vimos y enmarcamos las imágenes que se producían en el hemisferio derecho
y buscamos la manera de completar las frases en el hemisferio izquierdo, ahora tendremos que
ver la necesidad de satisfacer el deseo en este sistema cerebral emocional.
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